Por su nombre más técnico pocos identificarán qué es el bruxismo, pero sí sabremos identificarlo solo con decirnos que si rechinamos o apretamos los dientes mientras dormimos. Un tecnicismo que no todos conocemos pero que es un problema más común de lo que pensamos.
Por lo tanto, el bruxismo consiste en apretar la mandíbula superior contra la inferior y mover los dientes hacia adelante y hacia atrás lo que provoca la fricción entre los mismos y los problemas derivados de ello que requerirán de una solución profesional para evitar daños mayores en nuestra salud dental.
Es común sentir un dolor intenso en nuestros dientes al tomar algún alimento o bebida demasiada fría o ácida. Si reconoces estos síntomas, posiblemente sufras la hipersensibilidad dentinaria, más conocida como sensibilidad dental.
Este dolor surge por la exposición de la dentina, parte interior del diente, a uno de esos factores que altera los niveles a los que se estaban exponiendo nuestros dientes. Estos síntomas sobre todo los padecen los jóvenes y adultos de entre 18 y 40 años, aunque los profesionales del sector bucodental advierten que cada vez son más jóvenes los afectados que acuden a sus consultas por tomar comidas y bebidas que afectan a la dentina.
Con las vacaciones, el abandono de nuestra rutina y los viajes o traslado de residencia, nuestra higiene bucal se puede resentir. Disfrutar de las vacaciones pero seguir dedicando el tiempo indicado a nuestro cepillado debe ser una costumbre que no se tiene que modificar, estemos dónde estemos.
Además, la alimentación en esos días de ocio puede provocar que se ingieran alimentos menos recomendables para nuestro cuidado dental, por lo que nuestro ritual de limpieza bucal debe permanecer inalterable para evitar posibles sorpresas a la vuelta de las vacaciones. La prevención siempre es la mejor solución.