Aprender una correcta higiene bucal desde pequeños es esencial para crecer con dientes sanos. Y es que, repercute sobre el estado de salud general.
Las caries surgen pronto
Una caries es una infección producida por bacterias, en las piezas dentales. Las bacterias que viven en nuestra boca se alimentan de los azúcares que tomamos y, como resultado, producen ácidos que dañan los dientes. Si la higiene bucal no es adecuada, las caries pueden aparecer en los dientes de leche o, incluso, afectar la dentadura incipiente del bebé.
Cepillarse es un juego
Cuando eres pequeño, todo lo que es importante se aprende en forma de juegos. Cuanto más entretenido sea el juego, mejor aprendemos sus reglas. Por eso, adquirir hábitos saludables de higiene también debe ser un juego divertido. Los niños no van a querer cepillarse los dientes si resulta obligatorio y aburrido. Pero si disfrutan y se lo pasan genial con el cepillado, querrán repetir una y otra vez. Es la mejor forma de aprender la técnica y adquirir una costumbre sana.
Los niños imitan el comportamiento de los mayores
Los pequeños aprenden más por lo que ven que haces, que por lo que les digas o enseñes. Cuando te cepilles los dientes, comparte ese momento con tus hijos, sobre todo antes de que se vayan a dormir. De esa forma, tendrán un motivo más para cuidar su higiene bucal. Y si, además, resulta agradable, puede convertirse en un momento excelente para reforzar los vínculos afectivos familiares.
Qué recomendaciones seguir para una buena higiene bucal
1 Elude la caries desde el biberón. La boca del bebé no tiene gérmenes. Se van introduciendo poco a poco, a través del contacto con familiares y otros niños. Antes de que salgan los dientes, limpia su boca con una gasa empapada en agua. No mojes el chupete en azúcar o miel para calmarle.
2 Ayúdale a cepillarse. No basta con que le digas cómo hacerlo o te vea. Los pequeños aún no coordinan movimientos y necesitan la ayuda de un adulto hasta los diez años, pero puede ir aprendiendo desde su primer diente.
3 Una dieta sana y equilibrada es básica. No se trata de eliminar los dulces en su alimentación, sino de que aprenda a diferenciar qué golosinas son saludables y cuáles no. El exceso de azúcar y las bacterias forman una combinación fatal para la salud dental. Enséñale a consumir alimentos sanos como lácteos, frutas y verduras, además de beber suficiente agua para evitar una boca seca.
4 Efectúa revisiones periódicas en el dentista, desde que salgan sus primeros dientes. Así cuidarás de sus dientes de leche, que son tan importantes como los definitivos para evitar caries y otros problemas.
5 El cepillado más importante hay que efectuarlo al acostarse. Aunque también debería aprender lo fundamental que resulta cepillarse cuando se levanta y después de comer.
6 No olvides que cepillarse es divertido. Los niños aprenden las cosas importantes con juegos. Cuanto más se divierta, el hábito quedará más establecido en su forma de ser.
7 Elige un cepillo, pasta y enjuague adaptado para su edad y tamaño. Pon poca cantidad, como si su uña meñique fuera la medida. Hasta que aprenda, la tragará en muchas ocasiones. Cuidado con el flúor, es bueno para los dientes, pero, en exceso, puede causar otros daños. Consulta con el odontólogo.
Acude a tu dentista para realizar revisiones periódicas
Es conveniente examinar la salud dental de los más pequeños, al menos una vez al año. No lo dudes y pide cita en la Clínica Barreiro. Te ayudamos a continuar el cuidado de tu higiene bucal y, por supuesto, la de tu familia.