Las papilas gustativas son el órgano que te permite notar el tipo y la intensidad del sabor. De este modo son el órgano correspondiente al gusto, igual que los ojos lo son de la vista. Se encuentran en la lengua y todas te permiten apreciar el dulce, el salado, etc.; pues es un mito popular que la lengua se divide en regiones según el sabor que percibes. Y, ¿sabías que existen también trastornos en las papilas gustativas? A continuación te contamos todo lo que necesitas saber sobre ellas.
Qué tipos de papilas gustativas hay y dónde se encuentran
Las papilas gustativas se clasifican según la función que tienen. Todavía está en debate si unas perciben mejor ciertos sabores que otros.
- Tipo I o filiformes: Se encuentran en toda la base de la lengua. Son las más comunes y se cree que perciben, sobre todo, el sabor salado.
- Tipo II o fungiformes: Se llaman también receptoras y están fundamentalmente en la parte delantera de la lengua. Secretan neurotransmisores ATP y acetilcolina. Se cree que perciben el sabor dulce, umami y amargo.
- Tipo III o caliciformes: Están en la parte posterior de la lengua, más cerca de la garganta. Secretan neurotransmisores de serotonina, el GABA y la norepinefrina. Se cree que perciben el sabor ácido.
- Tipo IV o foliadas: Están en los laterales y la parte trasera de la lengua. Se cree que son las percusoras de las papilas de tipo I y III.
Todas las papilas son capaces de percibir todos los sabores, pero aún no se sabe si unas pueden estar más especializadas que otras. Aquí puedes averiguar más sobre ellas.
¿Cómo funcionan las papilas gustativas?
El gusto está producido por las sustancias químicas de los alimentos. El epitelio (la piel) de la lengua tiene pequeñas perforaciones llamados poros gustativos, por los que pasan parte de las sustancias de la comida. Las papilas transmiten, en forma de impulso nervioso, la información al cerebro, donde nosotros la sentimos como sabor.
Como curiosidad, en la lengua tenemos de 2.000 a 8.000 papilas gustativas y de 50 a 150 células receptoras del gusto, que solo tienen una media de 10 días de vida.
Parece ser que las células receptivas del gusto comienzan a funcionar entre la décima y la decimotercera semana de gestación. Eso quiere decir que el feto ya podría saborear los alimentos que recibe de su madre por el líquido amniótico. Y, una vez ha nacido el bebé, también puede detectar el sabor de la leche materna.
Los trastornos del gusto
Normalmente, las enfermedades del gusto son resultado de una lesión u otra enfermedad. Rara vez se tienen al nacer. Las más conocidas son las siguientes:
- Ageusia: Es la falta total del sentido del gusto. Es muy poco frecuente, pues normalmente solo perdemos una parte. Muchas veces esta incapacidad está relacionada con la congestión, que produce pérdida del olfato.
- La hipogeusia es un trastorno donde la capacidad de saborear está reducida. Esta sí es más frecuente.
- La disgeusia, llamada también «síndrome de boca ardiente», se caracteriza por un fuerte ardor o quemazón en la boca, que puede llegar a durar meses. Es más común en adultos mayores y puede deberse al estrés.
Estos trastornos del gusto pueden causar otros problemas, ya que impide alimentarse correctamente al comer demasiado poco o mucho o de forma poco equilibrada. Descubre otras enfermedades de la lengua en este artículo.
Ya has visto que es poco probable tener estos trastornos. Pero, si quieres que tus papilas gustativas funcionen al máximo, evita alimentos picantes y sigue una correcta higiene bucodental. Tampoco olvides cepillar también la lengua y realizar tus revisiones periódicas en el dentista, ¡cuenta con la Clínica Barreiro para ello!