Con el paso del tiempo, es posible que notes signos de deterioro en alguna pieza dental. Esto no es otra cosa que un debilitamiento del esmalte. Está causado por los ácidos derivados de la descomposición de los azúcares ingeridos por la placa bacteriana. Al ser corrosivos, van produciendo minúsculos orificios que dan lugar a la caries.
En tal caso, ponte en manos del especialista. Te propondrá un tratamiento dental a base de empastes o reconstrucciones dentales, de los cuales vamos a hablarte a continuación.
Diferencias entre empastes y reconstrucciones dentales.
En qué consiste un empaste
Es la técnica que en odontología empleamos mayoritariamente para reparar piezas afectadas por caries leves o moderadas. Una intervención sencilla que requiere anestesia local y que, normalmente, se prolonga menos de una hora.
Pasos que sigue el especialista
- Primero, te administrará anestesia local.
- Procederá a evacuar los restos de tejido dañado. Usará diferentes tornos que perforan y aislará la zona del resto del diente.
- Una vez retirada la caries, te rellenará la cavidad resultante. Empleará composite (resina compuesta), pudiendo utilizar otros materiales como:
- Porcelana: Más duradera que el composite y de gran resultado estético.
- Amalgama: Material muy resistente, con durabilidad entre quince y veinte años. Tiene un tono oscuro algo antiestético.
- Ionómero vítreo: Para rellenar cavidades producidas por caries muy acentuadas o malformaciones en el esmalte.
- Finalmente, te limará la parte que sobresale para adaptarlo a la mordida. Después, pulirá para evitar llagas en la boca o la lengua.
Su duración
La media es de unos diez años. Aunque puede acelerarse su desgaste si hay problemas como el bruxismo.
Has de tener claro que un empaste no es la mejor solución para cualquier caso. Puede ser que tengas una caries tan profunda que alcance la pulpa dental. Aquí un simple empaste es insuficiente para reparar el daño. O que un empaste viejo se quiebre o se desprenda y haya que recurrir a soluciones complejas como las reconstrucciones.
En qué consiste una reconstrucción
Si tienes una pieza muy alterada y quieres evitar el implante por su alto precio, esta es tu alternativa. Muy útil, por ejemplo, en caso de un diente roto o de cavidades en las que falte alguna pared.
Se realiza bajo anestesia local. Su duración suele superar los diez años, aunque dependerá de tus hábitos.
¿Qué tipos de reconstrucciones existen?
- Con incrustaciones: Es la más adecuada cuando el daño profundiza escasamente, pero es extenso. Se practica una incrustación que respeta la anatomía afectada. Se cimenta con cerámica o con circonita.
- Con composite: Para lesiones puntuales poco profundas. Una vez retirado el material enfermo, se aplica el composite. Conforme se coloca, es irradiado con luz ultravioleta para darle la consistencia del esmalte.
- Con perno y corona: Es la técnica más complicada y más cara (aunque mucho menos que un implante). ¿Tienes una caries muy profunda que ha hecho necesario retirar mucha corona? Para que la reconstrucción resista tendrán que colocarte un perno metálico. De esta forma, dará consistencia a la unión con la corona de porcelana que reemplace a la lesionada.
Unos consejos finales para evitar empastes y reconstrucciones
- Lávate los dientes tres veces al día, preferiblemente tras cada comida.
- Utiliza pasta de dientes rica en flúor. Evita la corrosión del esmalte y facilita su remineralización.
- Practica enjuague bucal tras el cepillado.
- Utiliza hilo dental o cepillos interdentales para eliminar restos de comida.
- Hazte revisiones periódicas y, al menos, una limpieza bucal anual.
- ¿Notas dolor de cabeza al levantarte o tensión en la mandíbula? Quizá sufras bruxismo y necesites una férula para dormir. Acude al dentista.
- Evita comidas y bebidas azucaradas.
En Clínica Barreiro te recomendamos ser estricto en estos cuidados. Queremos velar por tu salud dental. Así que si estás considerando los empastes y reconstrucciones dentales, pídenos cita y nuestro equipo de profesionales te asesorará.