La odontología sigue avanzando y desarrollándose para ofrecer las mejores soluciones para tu salud bucodental. Muestra de ello serían las incrustaciones dentales, una nueva tecnología que evita tratamientos más agresivos y es mínimamente invasiva para tu boca. Pero ¿qué son las incrustaciones dentales? ¿Qué tipos existen?
Tradicionalmente se han venido utilizando las coronas dentales para solucionar los problemas de dientes que, visiblemente, están deteriorados. Las incrustaciones dentales son métodos más efectivos que intervienen solo en el área afectada y restauran la estructura del diente perdido. Hay tres tipos de incrustaciones dentales: la inlay, onlay y overlay.
¿Quieres mejorar la salud de tu boca? Presta atención a las nuevas técnicas que te presentamos.
Incrustación dental inlay
¿Cuándo es aconsejable una incrustación inlay? En ocasiones nos encontramos una evidencia certera de caríes, que ha provocado un daño irreparable a la pieza dental. En estos casos, técnicas como la reconstrucción dental mediante composite o las prótesis coronarias no pueden utilizarse. Con la incrustación inlay se puede llegar a reparar el diente, aunque tenga grietas, caries o fracturas graves.
Se restaura la parte del diente que está dañada a través de un empaste realizado a la medida del paciente que cimienta la pieza y devuelve su anatomía. Son intracoronarias, es decir, se emplean para arreglar espacios interiores de la pieza dental y no la cúspide. Se pueden hacer de distintos materiales, aunque la porcelana es la que ha dado mejores resultados, tanto por su durabilidad como por su integración estética.
¿Por qué es aconsejable? Estéticamente se amolda a la perfección con la forma de la pieza dental donde se aplica, mimetizándose con el color de tus dientes. Está demostrada su durabilidad, aproximándose unos 30 años.
Incrustaciones dentales onlay
Esta técnica es muy parecida a la anterior, sin embargo tiene sus peculiaridades. En casos de desgaste por bruxismo (patología que consiste en apretar de forma inconsciente la mandíbula) o piezas dentales dañadas más grandes, como molares o premolares, el método onlay es una buena idea.
Se utilizan materiales como la porcelana o la resina para las incrustaciones que logran el mismo color y acabado del diente. Es imperceptible una vez realizada y su durabilidad está más que comprobada: en torno a los 30 años, al igual que la incrustación inlay.
Tiene efectos positivos ya que, una vez instalada, ayuda a reforzar toda la estructura dentaria. El paciente no sentirá dolor ni molestias y no requiere ningún tipo de cuidado posterior.
Método overlay
Hay algunos casos en los que la zona a reparar está demasiado dañada y la restauración se antoja imposible. Con las incrustaciones overlay se logra restaurar la pieza dental que con las técnicas anteriores era irreparable.
La overlay te permite conservar la pieza donde los métodos tradicionales no pueden hacer nada. Es una restauración a medida que se integra a la perfección y tiene, al igual que los métodos inlay y onlay, gran durabilidad.
Ventajas de las incrustaciones dentales
Los beneficios que nos ofrecen son muchos y muy variados:
– Son sistemas muy efectivos para conservar el diente en casos en los que es más complicado restaurarlo.
– Refuerza la pieza y toda la estructura dental.
– Es muy estético, sobre todo si se compara con los métodos tradicionales.
– Las reconstrucciones tienen una gran capacidad para adherirse al diente, evitando la entrada de bacterias y futuras caries.
– Los materiales que se emplean son muy resistentes y las incrustaciones tienen una gran durabilidad, en torno a los 30 años.
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